Cereales integrales, fuente de vitalidad

Desde hace miles de años los cereales integrales han constituido la base de la alimentación de muchas culturas: Los chinos, japoneses e indios dependían del arroz; los aztecas y mayas del maíz; los egipcios del trigo; los romanos de la cebada. Actualmente hay una tendencia a no consumirlos por creencias erróneas que en primer lugar me gustaría aclarar: no engordan y si los consumimos en su versión integral su IG ayuda a regular el azúcar en sangre y a reducir la probabilidad de padecer diabetes.

Los cereales integrales son la base de la alimentación macrobiótica por ser un alimento vivo y repleto de energía vital, ya que se encuentran a principio de su ciclo evolutivo, listo para germinar y crear una nueva planta. Su fuerza vital en estado puro promueve la claridad mental y contribuye a mantenerse joven. El termino integral se emplea también para referirse a los cereales procesados, que aún conservan todos sus componentes originales como sucede con las harinas integrales, aunque estos ya no poseen la misma fuerza vital, se oxidan y pierden nutrientes. No digo que no haya que consumirlos si están procesados, pero no debemos basar en nuestra alimentación en alimentos procesados, sino en los cereales completos en grano que son una fuente excelente de fibra de buena calidad, de carbohidratos complejos, de antioxidantes, vitaminas del complejo E y B, y de fósforo (un mineral clave y alimento del cerebro). Además, es una forma muy económica y natural de alimentarnos.

Los cereales integrales son carbohidratos completos que aportan buena calidad de glucosa en sangre y proporcionan energía a todo el cuerpo, su falta debilita todo el organismo, incluido el cerebro. Como el cuerpo sólo puede almacenar pequeñas reservas carbohidratos estos deberán suministrarse de forma continua. Tenerlos como pilar en nuestra alimentación además de aportarnos una energía estable y duradera, tonificaran nuestro sistema nervioso aportando concentración, memoria, estabilidad emocional y mental.

La Asociación Americana de Diabetes recomienda el consumo de consumo de cereales integrales para la prevención de diabetes.

 

Cereales sin gluten

  • El arroz integral: El preferido de la macrobiótica por ser el más equilibrado. Tiene una perfecta relación sodio- potasio igual que nuestra sangre. Es muy digestivo. Existen diferentes variedades de arroz según el clima y variedad de suelos.
    Gran aporte de fibra y nutrientes.
  • Mijo: Originario de la india. Uno de los cereales más enérgicos que existen. Aporta gran cantidad de Hierro y Magnesio. Muy recomendable en caso de debilidad física y en épocas de desgaste intelectual. Ayuda a tener un pelo, uñas y dientes fuertes.
  • Maíz: Un cereal muy apreciado por los Incas hasta el punto de considerarlo sagrado. Ejerce una acción reguladora de la glándula tiroides, ayuda a metabolizar las grasas. Es el único cereal con betacarotenos. Por su sabor dulce es ideal para confeccionar postres.
  • El trigo: Es el cereal con más contenido en gluten por lo que se utiliza para la elaboración de panes, tartas y bollería. Contiene numerosos oligoelementos y vitaminas indispensables (B1, B2, B12, D, E, K …) Es el cereal que más intolerancia presenta por su alto contenido en gluten y también porque se ha modificado genéticamente. El trigo blanco aún provoca más intolerancia que el integral.
  • Espelta: No ha sido modificado genéticamente. El gluten que contiene es más digestivo y menos alergénico, los intolerantes al gluten no suelen tenerla a este cereal. Contiene 8 aminoácidos esenciales, vitaminas B1 y B2, magnesio y zinc. Su forma más digestiva es en la harina.
  • Kamut: Es el trigo más antiguo que existe, tampoco produce alergias. Al ser un grano de piel muy fina no tiene fibra. Tiene un gran efecto oxidante, y elevada proporción de proteínas.
  • Cebada: El primer cereal cultivado por el ser humano. Favorece el buen estado celular tanto de los órganos internos como de la piel. Depurativa, refrescante y ayuda a adelgazar. Tiene poco gluten y es muy saciante. Gran cantidad de fósforos manganeso.
  • Avena: El cereal de los pueblos vigorosos y fuertes. Un cereal muy nutritivo que aporta mucha energía, rico en ácidos grasos esenciales y aminoácidos. Regula los niveles de colesterol en sangre y calienta el cuerpo. Es un cereal con una fuente muy concentrada de fibra y nutrientes.
  • Centeno: Es un cereal con mucha fibra y un bajo contenido en gluten. Puede costar digerirlo si se cocina en su forma en grano integral y no es recomendable su consumo en caso de intestinos débiles. Recomendable en casos de hipertensión o enfermedades cardiovasculares. Alto contenido en proteínas y manganeso.

 

Pseudocereales

  • Amaranto: Aporta una enorme resistencia física. Rico en aminoácidos y calcio. Tiene gran cantidad de mucílagos por lo que es ideal para elaborar sopas, cremas de cereales y tortitas.
  • Quinoa: Es el alimento básico de los Incas. Contiene todos los aminoácidos esenciales. De fácil digestión y cocción rápida. Fuente de calcio y hierro.
  • Trigo sarraceno o alforfón: Es una planta herbácea cuyas semillas constituyen desde hace siglos un alimento básico en Rusia y Europa del Este.
  • Su gran aporte de hierro lo convierte en un aliado en caso de anemia.

 

Recetas con cereales:

Tarta vegana de chocolate y algarroba (elaborada con quinoa entera).
Tarta de polenta y naranja.
Pastel de mijo con crema de cacahuete y compota de calabaza.

¨Los granos han de contener su envoltura, ya que contienen los nutrientes básicos que nos alejan de las enfermedades¨ Hipócrates.

Zahyra Pérez, Consultora Macrobiótica y Profesora de Cocina.

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